La decisión del Tribunal Internacional de Justicia de la ONU en la que considera verosímil que Israel esté cometiendo un genocidio en Gaza y el recrudecimiento de las operaciones militares en Jan Yunis, feudo de Hamás en el sur de la franja palestina, coinciden en el tiempo con intensos esfuerzos diplomáticos para alcanzar un alto el fuego de varias semanas de duración. Para impulsar un cese de hostilidades que trastoque el curso de la guerra y propicie el intercambio de más de un centenar de rehenes cautivos en Gaza desde el 7 de octubre por presos palestinos en cárceles de Israel, Estados Unidos ha enviado este fin de semana al director de la CIA, William Burns, a una cumbre convocada en un lugar de Europa no precisado con los servicios de inteligencia de Israel, y los mediadores de Egipto y Qatar.
“La decisión de los jueces de La Haya aumenta la presión sobre el presidente Joe Biden para exigir que [el primer ministro israelí, Benjamín] Netanyahu ponga fin a la guerra”, apunta el analista diplomático israelí Barak Ravid, quien anticipó en el portal digital Axios, junto a The Washington Post, la intervención directa del jefe de al CIA en el proceso de mediación. “Biden ya dejó claro hace una semana a Netanyahu en una conversación telefónica que no va a aceptar que la guerra se alargue (…) en un año electoral en EE UU”, remacha Ravid.
Biden telefoneó el viernes al emir de Qatar, el jeque Tamin bin Hamad al Thani, y al presidente de Egipto, Abdelfatá al Sisi, para agradecerles su mediación en la liberación de los secuestrados en Gaza. “Un acuerdo sobre los rehenes resulta esencial para establecer un alto el fuego prolongado y garantizar que ayuda humanitaria de vital importancia llegue a la población civil”, rezaba un comunicado difundido por la Casa Blanca tras la llamada del presidente al mandatario catarí.
El enviado presidencial estadounidense para Oriente Próximo, Brett McGurk, quien participó en noviembre en el acuerdo de alto el fuego que permitió la salida de un centenar de secuestrados en Gaza, ha preparado esta semana el terreno en Doha antes de viajar a El Cairo. En su conversación con Al Sisi, Biden llamó a “establecer las bases para una paz duradera y sostenible en Oriente Próximo en la que se incluya un Estado palestino”.
El director del Mosad (servico de inteligencia exterior), David Barnea, y el del Shin Bet (seguridad interior), Rosen Bar, han confirmado que asistirían a la cita convocada en Europa por el jefe de la CIA, según informa la emisora pública de radio israelí KAN. En el cónclave estarían presentes, además, el director del servicio de inteligencia militar de Egipto, Abbas Kamel, y el primer ministro de Qatar, Mohammed bin Abderamán Al Thani, ambos interlocutores habituales con la dirección política de Hamás.
El movimiento de resistencia islámica palestino, que desencadenó el conflicto el 7 de octubre en un ataque contra territorio israelí en el que murieron 1.200 personas y otras 240 fueron secuestradas, exige el fin de la guerra como punto de partida de toda negociación. Israel rechaza la condición previa de que su ejército detenga los ataques y se retire de la franja de Gaza. A cambio, ofrece un alto el fuego de entre 35 y 60 días de duración, según distintas fuentes consultadas por la prensa hebrea, para poner en libertad a los 136 rehenes ―al menos 29 de ellos muertos― que siguen en Gaza.
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Durante el periodo de tregua se produciría el intercambio de secuestrados por presos en varias etapas, acordadas por ambas partes. En una primera fase deberían ser puestos en libertad los menores de edad, las mujeres, los enfermos crónicos y los rehenes civiles en manos de Hamás y otras milicias, como la Yihad Islámica, a cambio de la excarcelación sucesiva de un número de presos palestinos todavía pendiente de fijar. Seguiría la entrega de las mujeres militares secuestradas y del resto de rehenes fallecidos, y concluiría con la liberación de oficiales y soldados israelíes cautivos. “Ya ha llegado el momento adecuado para avanzar hacia un acuerdo [sobre los rehenes], gracias al impulso diplomático alcanzado”, pronosticaba el analista Barak Ravid el viernes en el portal digital Walla.
Hamás sigue reclamando de forma tajante el fin de la invasión militar israelí de Gaza, en una estrategia que apunta a que puede exigir un alto número de presos palestinos excarcelados a cambio de cada rehén capturado en Israel. El propio Yahya Sinwar, líder político del movimiento islamista en Gaza, fue excarcelado en 2011 en el marco de la operación de intercambio de 1.047 prisioneros palestinos que permitió la liberación del soldado Gilad Shalit, quien permaneció secuestrado en Gaza durante cinco años. El pasado viernes, Hamás difundió un vídeo en el que se mostraba a tres mujeres rehenes israelíes, dos de ellas militares, en una imagen aparentemente tomada hace una semana.
“Perspectivas de alcanzar una tregua”
Además de Estados Unidos, otros países occidentales se han implicado directamente en la mediación para la liberación de los rehenes mediante un alto el fuego prolongado. Al término de una gira por Oriente Próximo, el jefe de la diplomacia del Reino Unido, David Cameron, ha asegurado que se están produciendo avances para la consecución de un cese de hostilidades en Gaza que conlleve la liberación de los rehenes y un aumento de la entrada de ayuda humanitaria en la franja palestina. “Hay perspectivas de alcanzar una tregua para detener los combates”, declaró a Reuters Cameron, quien ha instado a Israel a que autorice el paso de ayuda internacional hacia el enclave mediterráneo a través del puerto de Ashdod, situado a 30 kilómetros de la frontera con el norte de Franja.
En un mantra invariable, Netanyahu reitera día tras día que la única forma que admite para liberar a los rehenes es la “victoria total” sobre Hamás, cuyos brazos político y militar pretende erradicar de la Franja. En los últimos días, el primer ministro y uno de sus aliados más extremistas, el titular de Finanzas, Bezalel Smotrich, han tratado de torpedear la mediación de Qatar, al acusar al emirato de haber financiado a Hamás. En la noche del sábado, el jefe del Gobierno israelí ha insistido en que Qatar es un mediador “problemático”. “Qatar acoge a los líderes de Hamás. También financia y tiene influencia sobre Hamás, y debería ejercer más presión”, dijo Netanyahu en una conferencia de prensa televisada.
El envío de William Burns, un veterano diplomático que dirige la CIA desde 2021, para mediar en Oriente Próximo muestra el creciente interés de la Casa Blanca en desatascar las negociaciones que desde hace semanas persiguen la consecución de un alto el fuego la franja de Gaza. Como ha destacado John Kirby, portavoz de seguridad nacional del presidente de EE UU: “Burns ya contribuyó al anterior acuerdo sobre rehenes, y ahora va a intentar uno nuevo”.
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