Mientras el fútbol del Barcelona se extraviaba en España y en Europa —en un mes pasó de ser “el mejor Barça” de Xavi a “el peor”, según el análisis del entrenador azulgrana—, el cuerpo técnico miraba a la enfermería. Estaban pendientes del regreso de Pedri, por supuesto, pero esencialmente esperaban con ansias por Frenkie De Jong. El neerlandés, sin embargo, no andaba con prisas. Todo lo contrario. Desde que se lesionó el tobillo ante el Mallorca, justo después de que los muchachos de Xavi enlazaran sus dos victorias más contundentes de la temporada ante el Betis y el Amberes, ambas por 5-0, más otro buen triunfo frente al Celta (3-2), De Jong puso el foco en su familia: contaba los días para ser padre por primera vez junto a su pareja, la influencer Mikky Kiemeney (su hijo nació el pasado 21 de noviembre). “Ya está para volver a jugar”, aseguraban los galenos del Barça. “Pero”, añadían; “está atrasando su regreso para no ser convocado con Países Bajos”.
En cualquier caso, según los médicos del Barcelona, De Jong aseguraba que no estaba para jugar. “Y si él dice que no puede jugar, nosotros no podemos hacer nada”, se sumaban desde el staff de Xavi. La presión para que regresara antes del clásico llevó al neerlandés a probarse en un entreno. “Me duele”, se quejó el centrocampista de Países Bajos. Había quien pensaba en la dirección deportiva que De Jong no quería hacer ningún sobreesfuerzo después de la presión psicológica y mediática que había sufrido la temporada pasada para dejar el club. “Es el único jugador por el que podemos sacar dinero y tiene un salario muy elevado”, argumentaban. Desde el staff azulgrana consideraban que el holandés jugaba algo por debajo del nivel del que era capaz. Una premisa que se borró desde que Deco tomó el mando en Sant Joan Despí. Para el nuevo director deportivo del Barcelona, De Jong es clave.
Una de las primeras reuniones que tuvo Deco al aterrizar en el club fue con De Jong. “Queremos que te conviertas en uno de los referentes del equipo”, le soltó el líder del proyecto deportivo al neerlandés. Y comenzó a hablar con su agente para prolongar su actual contrato que finaliza en 2026. El neerlandés no se quiere mover de Barcelona. Él y su pareja están cómodos. El apoyo a De Jong, en cualquier caso, comienza desde el vestuario. El capitán Ter Stegen le insiste para que vincule el futuro de su carrera al Camp Nou. No es solo una cuestión de veteranos. “A quien más admiro es a De Jong. Cuando se dijo que podía irse estaba cagado”, contó Gavi. Los refuerzos del último verano también se rinden al fútbol del neerlandés. “El que me ha sorprendido más de cerca es De Jong por su percepción con el balón, cómo interpreta los espacios”, destacó João Félix. Mientras que João Cancelo, el salvador del Barcelona en la Champions ante el Oporto, puso la mirada en el regreso al equipo de De Jong: “Creo que todos mis compañeros hicieron un gran partido, pero quiero dejar una palabra para De Jong. Es un jugadorazo. Cuando él juega hay una diferencia en el equipo estupenda”.
El elogio de los compañeros acostumbra a ser el mejor barómetro. Nada nuevo para De Jong. En el pasado, ya contaba con la admiración de los dos pesos pesados del vestuario: Sergio Busquets y Leo Messi. “El entorno tiene una gran capacidad para infravalorar todo. Un futbolista que es un 10 es un ocho. El que es un ocho es un 6. Por eso es el club más difícil del mundo para los jugadores. Frenkie es uno de los mejores del mundo. Y lo es cuando entrena. Por eso algunos se sorprenden. Lo ven entrenar y piensan: ¿por qué es tan criticado?”, se queja Xavi. Los números del Barcelona avalan el fútbol de De Jong: con él, el Barça gana el 78% de los partidos; sin él, el 60%. Pero los datos más importantes para un equipo que sufre cuando no presiona bien y que necesita jugar en campo contrario son la posesión (69% por 62%), pases en el último tercio por duelo (69 por 60) y, por supuesto, los goles (2,7 por 1,3).
Desde el vestuario a la directiva, el Barça se rinde a De Jong. “Contra el Oporto recuperamos a De Jong y ya recuperamos el balón. Los últimos partidos no hemos jugado como queríamos. Mejoraremos con Frenkie”, rubricó el presidente Joan Laporta. Volvió De Jong, volvió el fútbol al Barça: tranquilidad para Xavi y para su silla en Montjuïc.
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