El Barça resolvió su estreno en la Copa con una mínima victoria como tantas ha protagonizado en la Liga. No gana un partido por más de dos goles desde que en septiembre abatió al Amberes. Tardó mucho tiempo también en marcar las diferencias ante un equipo de la 2ª RFEF como el Barbastro. Aunque se tomó muy en serio la cita, suficiente para poner dos goles de diferencia (0-2), encajó un tanto que le llevó a maltraer hasta que en el tramo final se encontró con un penalti que transformó Lewandowski. Xavi tuvo que recurrir a sus figuras para asegurar una clasificación que estuvo discutida hasta el último minuto porque el equipo aragonés se reenganchó con una pena máxima en el descuento transformada por Marc Prat.
2
Arnau Fàbrega, Israel García, Carlos Gascó, Franc Carbonell, Jaime Ara Sauco, Eduardo Mingotes, Gonpi, Javito, Rausell (Antonio Jesús Crespo Velasco, min. 65), Hugo Bautista y Adrià de Mesa
3
Iñaki Peña, A. Christensen (Íñigo Martínez, min. 64), Koundé, Ronald Araújo, Hector Fort, Frenkie De Jong, Oriol Romeu (Gündogan, min. 71), Fermín López, Raphinha (Vitor Roque, min. 64), Ferrán Torres y João Félix (Lewandowski, min. 71)
Goles 0-1 min. 18: Fermín López. 0-2 min. 51: Raphinha. 1-2 min. 59: Adrià de Mesa. 1-3 min. 87: Lewandowski. 2-3 min. 93: Marc Prat.
Árbitro Juan Luis Pulido Santana
Tarjetas amarillas Franc Carbonell (min. 35) y Gonpi (min. 79)
Los azulgrana calentaron con la pelota, muy decididos desde el inicio, sin dar respiro al Barbastro. El ritmo era alto y las llegadas se sucedían ante Fàbrega, protegido por los bloqueos de su defensa y afortunado porque los tiros no cogían portería, hasta que chutó Fermín. El centrocampista andaluz tiene buena pegada y enganchó a la red un centro medido de Raphinha. A falta de arietes como Lewandowski y Vitor Roque, suplentes en una alineación repleta de titulares, los jugadores de segunda línea son decisivos para aprovechar la movilidad de delanteros como Ferran Torres y João Félix o que atacan por la banda como Raphinha. Fermín volvió a aparecer como ya pasó por ejemplo ante el Shakhtar en Montjuïc.
La intensidad y la presión de los barcelonistas no disminuyeron con el 0-1. El equipo se esforzaba, se asociaba e incluso a veces jugaba tan rápido que le faltaba precisión en el último pase y puntería en el disparo para suerte del Barbastro, que tardó casi media hora en avistar a Iñaki Peña. El encuentro se jugaba exclusivamente en cancha local por la persistente carga de los muchachos de Xavi. El Barbastro no paraba de correr detrás del balón y si el segundo gol del Barça no llegó antes del descanso fue porque el árbitro anuló un remate a la red de João Félix después de un centro de Fermín por un fuera de juego que solo advirtió el juez de línea y nadie corrigió por la ausencia del VAR hasta los cuartos de final en la Copa.
El Barbastro despertó nada más empezar la segunda parte, envalentonado por la fuerza del recién salido Soule, y en un minuto obligó a intervenir doblemente a Peña. El Barça respondió de inmediato con el 0-2, cuando Raphinha remató en el segundo palo un centro de Héctor Fort, un juvenil de 17 años, habitualmente lateral derecho y que tuvo que actuar por la izquierda por la ausencia de Balde. El partido, sin embargo, se igualó para sorpresa general y desespero de Xavi. Los azulgrana cedieron en su dominio, perdieron el hilo de juego y la pelota, y concedieron un tanto a la salida de un córner que retrató a los centrales y a Peña. Marcó De Mesa y el Barbastro se fue decidido a por el partido ante el empuje de una grada ampliada y repleta con 6.000 aficionados.
A falta de juego, Xavi intentó intimidar con los futbolistas y dio entrada a Lewandowski, Gündogan, Vitor Roque y también a Íñigo Martínez, que se lesionó al poco de pisar el campo y fue sustituido por Sergi Roberto. Los nombres no mejoraron al Barcelona, al que le quemaba la pelota y no paró de ceder munición al Barbastro. El equipo que se había presentado bien en la Copa dio paso al habitual de LaLiga.
La incertidumbre se alargó hasta los últimos minutos cuando los azulgrana se encontraron con un penalti que marcó Lewandowski. El Barbastro, sin embargo, nunca perdió la fe y no paró de buscar el gol hasta que lo consiguió en la penúltima jugada con una pena máxima: 2-3. Fue su brava despedida del torneo después de eliminar al Ponferradina y al Almería, además de plantar cara al Barça.
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